El día del Odio

Uno de los acontecimientos estrella de este año va a ser, sin duda, lo que ha representado el Día del Odio. En Latveria, el otro día, por fiascos amorosos y putadas en general, algunos miembros estallaron, y decidieron hacer lo que había de ser una consecuencia lógica que llegaría antes o después: llevar armas. Obviamente, no podía yo faltar a ese acto, ni dejar de dar rienda suelta a la ira que corría por mis venas por mis problemas personales (aunque no sentimentales). En fin, que ahí fuimos Panzer, Guille, Friki, Álvaro, Jimmy y yo a un prao con armas a pegarnos tiros (y al aire, y a los árboles, y casi casi a los motoristas...). Las armas, las cuales yo no se clasificar ni nombrar más allá de: grande, pequeña, mediana y petona o no petona, eran la repera, sobre todo la que trajo Miguel, que era un arma de la democracia en toda regla. Mientras íbamos destruyendo y liberando nuestros problemas con pequeñas bolitas amarillas propulsadas velozmente, en nuestras cabezas resonaban Manowar, Cradle of Filth, Arch Enemy o la intro de Física y Química, según los gustos morbosos de cada uno. A Jimmy le pegaron unos cuantos tiros, pero las peores marcas se las llevó el reportero Álvaro, cámara en mano y furia en el corazón. A mi me enseñaron a disparar, que a estas edades ya toca, que nunca se sabe. Y luego tocó sesión de fotos, cómo no. Finalmente, después de una maravillosa jornada lúdico-festiva, y en vista de lo interesante de la programación del acto, Thomas ha dicho hoy que para la próxima vez avisemos también por los lares de dadillos. Y así yo espero que esto se convierta en un acto oficial, en una costumbre vaya.

¡¡¡ QUE SE JODA EL MUNDO, HAIL AND KILL!!!