jueves, 15 de noviembre de 2007

Better that we break

Sabía que hoy iba a ser un día duro. Después de tantas horas para organizar el viaje y montarme en el avión, entro en Santander ya con ese tiempo que en Madrid aún no he visto y que me gusta tanto, esa neblina, con una humedad muy fresca, que parece que está a punto de llover, pero que acaba por no hacerlo al final. Me recogen mis padres, a los que echaba de menos, y estoy con mi prima también. Todo está aquí tan triste, tan igual...en realidad en algo más de un mes es casi imposible que cambie algo, pero al vivir en otra ciudad las cosas se ven de otra manera. Ya se que esto lo sabe todo el mundo, pero esque ho, justo hoy, me he dado cuenta de que me acaba de pasar a mi. Las calles, la alameda, el viento y sobre todo y ante todo la humedad. Ese aire que te da agua fresca, que te hincha los pulmones y el corazón, que no se limita a darte frío, sino que te ayuda a sentirlo en su máximo apogeo. Está triste, si, pero precioso.
Nostalgia: lo que nunca debió pasarme y que desde ahora me pasará siempre.
No volveré, estoy segura. No voy a dejar todo lo que tengo en la capital. No voy a dejarme llevar por mis sentimientos, pero, y por muchas veces que me halla quejado de esto...lo quiero.
Por la tarde fui a buscar a mi hermano al colegio. De paso saludé a mis antiguos profesores, en especial a la directora, Rosamari, que me dió ética en 4º. Justo recordé el primer día de esa asignatura, en la que descubrimos que por mucho que nos quejemos de todo tenemos que saber que hay que mirar hacia delante, que aunque hallamos nacido en un mal ambiente o con carencias de algún tipo, al final de la vida, es el esfuerzo el que en parte te ayuda a ser lo que querías, que es posible que no consigas lo que querías, pero que al menos con eso te sentirás realizado, si das todo lo que puedes dar por ti y para ti. Sólo es una pequeña anécdota, pero también añoro mi pasado, el malo y el bueno...y el regular.
Luego acompañé dando un paseo a mi prima a su casa. A la vuelta pasé por mi antiguo trabajo. No queda casi nadie, no hace falta personal y no me encontré con esa vitalidad que este verano hubo día si y día también. La dinámica cayó con las temperaturas, por lo visto y como es lógico. Quería haberme encontrado con todos ellos, ajetreados y en el fondo encantados con esa condición. Mew marché con el café aún en los labios. La gloria en la garganta al pegarme con la calle. Las hojas contra mis botas. El abrigo que se me agita. Un silencio...
Y esa noche lo supe, tenía que hacerlo, tenía que hablar con ella.
Grité su nombre y obtuve una vaga respuesta por su parte. Me susurró como una nana, una breve contestación. Mi corazón acelerado quemaba por dentro.
Sólo quería hablar con ella.
-Te quiero
-Te olvidé
-Bajo un manto de luces y sombras estuve...la vida pasa muy rápido, todos van apurados a todas partes, y yo aguardo en la quietud a un sólo gesto tuyo. Te escuchaba de vez en cuando, pero mandaba acallar sos recuerdos.¿qué puedo hacer?.
No estoy bien, ésto duele mucho, pero quizás sea mejor así.
Me levanto, me rodeo de velocidad, tengo miedo pero lo soporto. A veces necesitaría escaparme contigo...hacia tí como antes...Un sitio para nosotros, donde hasta la luna nos envidiaba.
Hay gente que dice que estoy loca, no comprenden el sentido de mi locura, pero tal vez sea yo la equivocada. Nada ha sido igual, no me había parado a pensar, pero ahora me ahogo en tu ausencia, en medio de ti.
-Pero si ya no eres nadie, no se a que viene esto. Lo siento, pero no puedo estar más contigo, Perdistes el sentido para mi hace mucho tiempo. Rehaz tu vida lejos de mi.
-En realidad tengo una vida nueva. Muy felíz y completa, perfecta y casi increíble, No quepo en mi de mi suerte, pero justo en este momento, justo con esta tremenda felicidad en tu ausencia, quiero volver a sufrir pero contigo, a pesar de que el daño siempre fuiste tu.
Silencio.
Mis pulmones se llenaron de frescor de nuevo.
Me abroché el abrigo. Me puse los cascos. las hojas verdes y marrones danzaron libremente con ráfagas acompasadas. Una canción para llorar, que intensifica el momento. Es un adios irremediable. Un punto de no retorno. Una pérdida perdida hace mucho tiempo. Incompatibilidad injusta, pero real. Dolor al fin y al cabo, pero que ya conocías antes de que se presentara.
Me hago mayor, pierdo mis recuerdos y pierdo mis perspectivas de la vida. He perdido mis años de inocencia. Ya no seré de nuevo la que se puede equivocar sin consecuencias.
Mientras lloro en la bufanza, y me gotea la nariz, sonrojada en las mejillas y sintiéndome una estúpida por todo esto no puedo más que pensar en tí. Te necesito, pero es totalmente imposible. Te perdí y fue por mi culpa. Y las disculpas ni siquiera importan, Me ha borrado dentro de si.
Torrente de ideas inconexas con un sentido irreal.
Lágrimas dulces, que me hacían falta para sentirme viva, y si lloro es por haber perdido gran parte de mi vida.
No sé si será mejor así, pero yo sólo quería decirte que te quiero y te querré, que nunca te olvidaré, y siempre seras parte de mi identidad, de mi forma de ser, y estarás guiando mi corazón, que sin ti pesa en su ausencia.
Sólo un día, por favor. Mañana concédeme unos minutos. Quiero disculparme por todo otra vez, quiero prolongar lo inevitable cuanto pueda.
Rezo para que me des otro día como este....y como los de todos estos maravillosos y terribles años...
Recuérdame igual que te recuerdo yo a ti...
...por favor...


Este texto ha sido escrito sin revisar, sin pensar y casi puedo asegurar que cuando lo vuelva a leer veré que nadie lo va a entender, pero es que es tan real, tan personal...puntos suspensivos todo el rato, pues me faltan palabras, que no puedo expresar, so incapaz de abarcar todo cuanto me pasa. Y me pesa.
Os aseguro que es mi escrito más cierto. Y eso me asusta.

6 comentarios:

la reina del hielo dijo...

La vida es así, sino nos diesen pena las cosas, sino estuviésemos tristes: qué valor tendría la alegría y la felicidad? hay que saber sacar provecho de lo bueno y lo malo. Claro que debe ser duro dejar una ciudad tan bonita atrás, pero estás viviendo tu sueño y aquí en el centro te recibiremos con los brazos abiertos, para que sigas atesorando recuerdos.

never dijo...

La vida es dura, pero es bella. No hay que olvidar ni los orígenes ni el pasado; ellos hacen de tí lo que eres.
Los recuerdos perdurarán siempre, SIEMPRE, aunque cambies mil veces de ciudad. Al cabo de los años, el tiempo borrará lo sobrante. Quédate con esos cinco minutos de frescor en la cara, cuyo recuerdo llenará las tardes grises de felicidad y añoranza; al fin y al cabo, no es malo recordar lo bueno.Te dará fuerza y además sabes, por lo que comentas en el artículo, que siempre tendrás un nido al que regresar cuando estés triste. ¡Qué suerte!
Por cierto, ojo con esos "halla" con "ll" y ese "mirar hacia delante". Se mira "hacia adelante". Ejem.

Esther Miguel Trula dijo...

Bueno, ya dije que no presté atención a las faltas de ortografía, porque lo escribí casi sin pensar, y por supuesto, sin usar el corrector. Pero bueno, gracias por tu comentario. Y ya te he dicho dos veces que si te pudieses poner en contacto conmigo para saber quién eres, lo agradecería.

never dijo...

Who on earth do you think am I?

Esther Miguel Trula dijo...

No voy a decir quién creo que eres, porque si acertara me enfadaría mucho con esa persona por utilizar pseudónimos al hablar en esta página. Así que dimelo, anda.

Balaguera dijo...

Amor, a la mínima baneale.
Internet esta llena de payasos.